miércoles, 31 de agosto de 2011

31 de agosto - Viaje a Mérida

El día está siendo aburrido, desayunar y viaje de carretera de dos horas hasta Villahermosa. Ahora tomamos un vuelo hacia Mérida.
Hemos llegado con más de dos horas de antelación para hacer el check-in me he comprado una revista española de casas para ver que puedo hacer con la casa del pueblo y unos chocolates, espero que pase rápido el tiempo.
El vuelo ha sido corto, ya estamos en Mérida. Hemos hecho la visita que teníamos en BUS panorámico, una pena que a mitad de recorrido ha empezado a llover. De todas formas, nos ha dado una idea de como es la ciudad, lo mas interesante está en la Plaza Grande y el hotel está muy cerca.
Hemos tenido mucha suerte, pues hoy había una misa a la Legión de María en la Catedral de San Ildefonso, así pues hemos podido ver la iglesia completamente llega de señoras vestidas de blanco. En esta iglesia se encuentra el crucifijo más grande del mundo.
Aunque el día no está apacible hemos seguido viendo cosas, hemos ido a ver la casa de los fundadores de la ciudad, la Familia Montejo, una casa del siglo XVI ya reformada, pero con una fachada original, hemos vuelto a tener suerte pues la visita es gratis y la Guía nos ha dado una muy buenas indicaciones sobre la casa.
Ya por la noche hemos salido a tomar algo por ahí, hemos callejeado, ciertamente todas las calles iguales, Mérida es como el tablero de ajedrez. Hemos parado en un café que a la vez era galería de arte, un poco cutrillo como casi todo por aquí, y para finalizar la noche fuimos a una cantina mejicana, esto si que era cutre, me recordaba a los bares de hace 30 años en España, sucio, desordenado, humo (en teoría los carteles decían que estaba prohibido fumar), música alta, y tíos de lo más pintoresco. La gente allí bebía cerveza Sol de a litro e iban dejando las botellas vacías para que luego el camarero hiciera el recuento y les cobrara. Con la cerveza nos han puesto unos ganchitos con salsa picante y lima, sal y especia de pimiento.
Se nos ha pegado un tío a contarnos su vida, que trabajaba en Holbox (la isla a la que iremos en dos días) y en Cancum, pero que ahora estaba en Mérida trabajando de fontanero-electricista y que como no había cobrado, esta situación le avergonzaba y por tanto no iba a volver a casa sin dinero y se quedaría en la calle. No se si es que quería dar pena o es que estaba borracho o las dos cosas.
Nosotros hemos pagado nuestros botellines de 33 cl. (vaya unas nenazas que somos) y nos hemos ido al hotel.

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